“El abismo entre lo que se piensa y lo que se desarrolla, y
no usar su propio producto, es la ruta mas próxima a la muerte de las organizaciones desarrolladoras de software” ABV
Muchas veces nos preguntamos, ¿Por qué no se está vendiendo nuestro
software, si estamos utilizando la mejor tecnología? ¿Pero qué es lo que pasa,
si nuestro producto tiene mejores funcionalidades que el que está en la
cúspide? ¿Si tiene mejor diseño, por qué compran otro más caro?, ¿Por qué no
pagan el nuestro, si lo vendemos más barato?
Las respuestas a estas preguntas pueden tener diversas
variables, sin embargo, uno de los factores más importantes y que pocos
analistas consideran, es que las mismas empresas no conocen realmente la
necesidad de sus propios mercados.
¿Pero por qué pasa esto?
Porque están tan ocupados preparando su producto que nunca
les toca estar del otro lado de la barra y consumirlo en la misma escala en que
lo hace el consumidor; porque creemos que haciendo pruebas absurdas y
superficiales ¡tenemos todo bajo control!
¿Y a qué se debe esto?
Al gran abismo que existe entre las personas que ubican las
necesidades y planean la funcionalidad del software (usuarios) y los que lo maquilan
o programan (programadores).
Sumado a lo anterior, nos pasamos horas y horas diseñando y
creando herramientas ¡que jamás vamos a utilizar!
Es por eso que mientras no se reduzca esa inmensa brecha que
existe entre lo que se piensa y lo que se hace, jamás se podrá programar un
desarrollo informático que cumpla al 100% con los requerimientos de sus
consumidores finales.
La otra parte interesante, es que, aunque lográramos
encontrar el punto de coexistencia entre quien que lo diseña mentalmente y el
que lo aterriza, sigue habiendo un factor muy importante: mientras no lo
conozcamos por dentro, ni lo suframos ni lo batallemos todos los días como
consumidores del producto, difícilmente nos daremos cuenta de sus carencias.
¿Pero qué podemos hacer, si en nuestra empresa no sabemos de
programación y no tenemos la necesidad de usar nuestro propio producto?
1. Invertir el tiempo necesario, en transferir la idea y el
contexto que la rodea, al equipo de programadores que se encargará de hacer esa
idea una realidad tangible.
2. Asignar al equipo de desarrolladores, la tarea
obligatoria de utilizar, desde el punto de vista del cliente, la herramienta
que se esté desarrollando.
3. Utilizar, como empresa y de manera constante e
ininterrumpida, el desarrollo que estemos vendiendo, pues, ¿qué mejor manera
que sufrir las carencias del mismo que desde dentro, para ofrecer mejores
soluciones?
4. Evaluar constantemente el producto con el consumidor
final y tomar acciones inmediatas y concretas, para satisfacer las necesidades
descubiertas.
5. En caso de que la empresa no tenga la necesidad o no
pueda utilizar el desarrollo por el giro del negocio, tener una empresa piloto,
con la que se esté monitoreando con lupa, el desempeño del software.
*Director del Centro de Desarrollo Tecnológico del Instituto
Empresa Inteligente.
Jesús Basurto Valenzuela
México
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