“El abismo entre lo que se piensa y lo que se desarrolla, y
no usar su propio producto, es la ruta mas próxima a la muerte de las organizaciones desarrolladoras de software” ABV
Muchas veces nos preguntamos, ¿Por qué no se está vendiendo nuestro
software, si estamos utilizando la mejor tecnología? ¿Pero qué es lo que pasa,
si nuestro producto tiene mejores funcionalidades que el que está en la
cúspide? ¿Si tiene mejor diseño, por qué compran otro más caro?, ¿Por qué no
pagan el nuestro, si lo vendemos más barato?
Las respuestas a estas preguntas pueden tener diversas
variables, sin embargo, uno de los factores más importantes y que pocos
analistas consideran, es que las mismas empresas no conocen realmente la
necesidad de sus propios mercados.
¿Pero por qué pasa esto?
Porque están tan ocupados preparando su producto que nunca
les toca estar del otro lado de la barra y consumirlo en la misma escala en que
lo hace el consumidor; porque creemos que haciendo pruebas absurdas y
superficiales ¡tenemos todo bajo control!
¿Y a qué se debe esto?
Al gran abismo que existe entre las personas que ubican las
necesidades y planean la funcionalidad del software (usuarios) y los que lo maquilan
o programan (programadores).
Sumado a lo anterior, nos pasamos horas y horas diseñando y
creando herramientas ¡que jamás vamos a utilizar!