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viernes, 15 de junio de 2012

Yo líder

Ultimando los detalles del próximo módulo que impartiré para el ISEI titulado "el autoliderazgo", decidí dedicar el artículo de hoy a hablar sobre este asunto tan recurrente y, a veces, hasta un poco cansino. Realmente llevamos más de medio siglo dándole vueltas a esta figura y mi intención no es ahondar en conceptos que ya están sobradamente comentados ("el líder, ¿nace o se hace?", por ejemplo), sino simplemente sentar unas bases que permitan entender por qué hay tanto interés en esta figura. Lo haré de un modo conciso:


  • Los gustos y necesidades de los consumidores evolucionan constantemente; los productos que tenían éxito hace 5 ó 10 años, hoy estarán obsoletos y habrán sido reemplazados por otros más acordes con las preferencias de los clientes actuales.
  • Esta evolución permanente e incesante fuerza a las organizaciones a una constante actualización si no quieren verse desplazadas del mercado por otros rivales que entiendan mejor los nuevos gustos de los consumidores. Dicho de un modo más claro, las empresas se ven obligadas a un cambio constante.
  • Las empresas son la suma de todos sus integrantes, por lo que cuando hablamos de cambios en ellas realmente nos estamos refiriendo a que son las personas que allí trabajan las que deben cambiar, evolucionar.
  • En líneas generales, las personas somos reacias a los cambios. Nos solemos acomodar en un espacio llamado "zona de confort" (que son aquellas cosas que estamos acostumbrados a hacer y con las cuales nos sentimos cómodos porque ya las controlamos) y cualquier propuesta de cambio suele ser rechazada sin más. Hablo en líneas generales, insisto. 
  • Para promover los cambios en las personas, las empresas utilizan una figura de cierta autoridad que en un principio conocíamos con el nombre de "jefe" y ahora tratamos de mudar hacia un rol diferente que denominamos "líder".
  • Los jefes promovían el cambio usando su autoridad formal, aquella que le otorga la jerarquía de la empresa para la que trabajaban. De cara al empleado, esta autoridad se manifestaba en órdenes de obligado cumplimiento, que eran las directrices que deberían conducir al cambio deseado por la organización.
  • Los líderes utilizan otra autoridad diferente: la autoridad moral. Esto es, el reconocimiento y la admiración de sus seguidores, gracias a lo cual logran promover cambios en las personas por convencimiento de ellas mismas. Los seguidores creen en las palabras de su líder y están dispuestas "per sé" a realizar ciertas acciones convencidas de que si su líder las defiende, entonces son buenas para ellos también.
  • De los dos modos de dirigir personas (por imposición o por autoconvencimiento), la segunda se manifiesta enormemente mucho más eficaz que la primera. Recordemos que la segunda es la que ejercen los líderes, de ahí el interés de las empresas en potenciar este rol en sustitución de rol de jefe.

Esa es toda la secuencia de hechos que nos lleva hasta el momento actual. Ahora solo queda resolver una cuestión: ¿cómo "creamos" líderes? Los líderes se crean a sí mismos y es responsabilidad de las empresas detectar aquellos empleados con "madera de líder" y promoverlos hacia la gestión de personas. Y dado que los líderes se construyen a sí mismos, como dije, en el módulo titulado "el autoliderazgo" que impartiré próximamente propondré una serie de ideas para que cualquier persona que desee liderar personas conozca las directrices bajo las que debe empezar a construir su futuro rol.

Confío que estas orientaciones les hayan sido útiles para entender qué se espera de un líder y me despido mandándoles un cordial saludo.


2 comentarios:

Ema Carreras dijo...

...tengo dos puntos que resaltar "El lider, se nace o se hace"..cuando niño nadie nació sabiendo leer y escribir...luego por responsabilidad personal hemos aprendido, pienso que el liderazgo puede ser lo mismo, se puede aprender debido al trabajo que te corresponde hacer,motivación personal,y el afán de ser o llegar a la cumbre.
...¿Como creamos lideres?...mi pais carente de liderazgo....Empresarial exelente,...pero en la parte política, políticas públicas, no, algo está en falencia, bien que me interesa saber del autoliderazgo.

JJRomero dijo...

Hola Ema; disculpa el retraso en atender tu comentario pero estuve unos días fuera de mi país y desconectado de las actividades cotidianas.

La duda que planteas sobre si el "líder nace o se hace" es el eterno dilema que llevamos mucho tiempo discutiendo. Desde mi punto de vista, es una mezcla de ambas cosas; hay una serie de actitudes y comportamientos que responden a valores y principios que deben venir con las personas (forman parte de su personalidad), y también hay otra serie de competencias que pueden ser desarrolladas con formación y entrenamiento. Es una mezcla de ambas cosas lo que hace que una persona sea vista como un líder por los demás y reúna seguidores a su alrededor.

Sobre cómo creamos líderes, yo creo que los líderes se crean a sí mismos usando una metodología de autodesarrollo como la que yo trataré de inculcar en el próximo curso del ISEI. Una vez que las personas adquieren esa cualidad de líderes (es decir, son personas que despiertan admiración por sus valores y su conducta), es responsabilidad de los ciudadanos darles la responsabilidad política que se merecen. Estoy mencionando este campo en concreto (la política) por tu mención expresa a los dirigentes políticos. En este sentido, es muy importante que los ciudadanos que tienen la difícil tarea de seleccionar a sus mandatarios, tengan claro que el éxito se alcanza por unos valores morales muy concretos y no por una apariencia física o una simpatía que poco tiene que ver con la calidad de gestión. Los políticos suelen encandilar y "engañar" a los votantes de este modo: muy buena apariencia externa pero muy poco contenido por dentro.

Dicho de otro modo; los ciudadanos serán los que deban detectar cuáles de sus aspirantes a dirigir el país tienen verdadera madera de líder, aquellos que atesoran los valores que se requieren para sacar adelante a un país motivando a la gente para que genere riqueza y bienestar. Entre todos estos aspirantes se cuela gente de todo tipo: personas con buena presencia pero pobre contenido, y lo contrario, personas que no son muy agraciados pero que sí saben hacer bien las cosas.

Un cordial saludo

JJ