“No temas a la competencia que te ha acompañado durante años, esa no te va a hacer nada; teme a la competencia que está naciendo en nuestros días, esa te va a matar ..." ABA
En los últimos 20 años, se han publicado una gran cantidad de libros, cuyos autores han tratado de alertar a los dirigentes empresariales sobre la necesidad de cambiar su liderazgo, sus métodos de trabajo, sus estructuras organizacionales, etc. A la distancia, vemos que ha sido muy poco lo que dichos dirigentes han aplicado sobre esas advertencias.
La verdad es que los escasos cambios que se
han hecho en la gran mayoría de las empresas, han sido detonados por
la realidad que se ha impuesto sobre las obsoletas prácticas de los
negocios; no por la aplicación de conocimientos adquiridos con antelación.
La antigua lógica de los negocios
En la Era Industrial, que va de
salida, la secuencia de los negocios se daba más o menos así:
La empresa nacía; si todo iba bien, crecía; se
abrían departamentos, en consecuencia, se creaban gerencias para
“pegar” los procesos productivos, haciendo que dicho crecimiento fuera
“hacia arriba”. La competencia rondaba, pero raramente se engullía a sus
contrapartes: nos daba una mordida y nosotros le dábamos otra, cuando se
presentaba el momento de la “venganza”; y así, crecíamos juntos. Era un mundo
feliz…
Pero, allende de nuestras fronteras, nos llegó
el coletazo de la revolución del conocimiento, esa que va
por todo; una revolución que no está dejando piedra sobre piedra, en la forma
como el hombre piensa, se organiza, produce y consume; una transformación
que está cambiando: la política, la sociedad, la comunicación, la economía
y toda la superestructura mundial.
La nueva lógica de los negocios en el
siglo XXI
Hoy día, las reglas del juego para iniciar y
crecer un negocio, han cambiado de manera dramática: En nuestros días, pensar
en crecer para "arriba", en base a departamentos burocráticos, es
ponerse al borde del suicido empresarial.
En el siglo XXI, los negocios deben nacer con
el ADN de la nueva Era del Conocimiento: sus líderes son jóvenes, con un
liderazgo sencillo y de resultados, alta tecnología y cero estructuras; los
procesos sustituyen a los puestos, con pocos integrantes (máximo 12) y
distribuidos en micronegocios; todas las relaciones con clientes y proveedores se
dan en internet; con una impresionante capacidad de respuesta, y un enfoque
total hacia el cliente.
La ‘ nueva economía"
En lo que respecta al crecimiento, los nuevos negocios,
crecen sin burocracia, es decir, sin estructura, sin departamentos; dicho
crecimiento se da para “los lados", no para “arriba".
Se crece en base a la mitosis empresarial, es
decir, cuando una pequeña empresa de esta naturaleza llega a 12 colaboradores,
se abre una nueva sucursal en base a Micronegocios que atienden el negocio
completo y, así, se van multiplicando, atendidos en sus áreas de apoyo por un
mínimo de profesionales de la administración y la informática.
La nueva competencia
Esta es la nueva competencia que deben enfrentar
las empresas del actual milenio y, como se puede apreciar, las empresas
convencionales, con la carga histórica del siglo pasado, simplemente no están
preparadas, ni en lo filosófico, ni en lo estructural, ni en lo metodológico
para hacerlo.
Pudiéramos presentar la siguiente analogía
para ilustrar lo anterior:
La empresa tradicional, es como un delfín que
navega tranquilo en aguas azules, compitiendo con otros congéneres por alimento
que les brinda el océano. A veces, unos tocan más, otras, menos pero,
finalmente, todos comen…
El delfín en cuestión, presenta algunas
heridas (debilidades) producto de raspones por nadar en lugares inconvenientes;
los otros delfines, que presentan más menos las mismas lasitudes, no reparan en
ellas… “no problem”.
Un mal día, en el horizonte del mar, empiezan
a parecer unos pequeños pececillos de aspecto feroz: las pirañas. Éstos, al ver
las heridas abiertas de en el cuerpo del delfín, atacan sin misericordia a éste
último en sus llagas expuestas.
No acaban con él; solo le arrancan un pedazo
de carne en el lugar debilitado; el pobre cetáceo odontoceto, sólo alcanza a
quejarse de las agresiones; no se puede defender, vaya, ni siquiera puede ver
quién o qué lo martiriza, pues su estructura corporal no se lo permite; no fue
diseñada para lidiar con este tipo de destructor. El colofón de esta semejanza,
es que el delfín irá perdiendo fuerza, hasta que sucumba entre las pequeñas fauces
de un enemigo al que ni en sus peores pesadillas se imaginó.
Eso es exactamente lo que está ocurriendo con
las empresas convencionales de nuestros días: la verdad lapidaria es que no
están preparadas para la nueva competencia. Estas compañías, siguen vivas
simplemente, porque en sus aguas no ha llegado la nueva competencia.
¿Qué hacer?
Lo que deben hacer las empresas tradicionales
que abordaron el nuevo milenio con las estructuras y prácticas de la Era
Industrial que va se salida, es exactamente lo mismo que hace la nueva
competencia: desbaratarse en pequeñas unidades de negocio.
Las firmas, deben pulverizarse en pequeños
Micronegocios funcionando en forma de red, donde cada uno atienda a sus
clientes internos o externos; cada uno, debe convertirse en una piraña interna
que defienda su territorio y no permita que las pequeñas agresoras externas se
lleven el pedazo de mercado que acechan.
Lo anterior, es algo que deben hacer las
empresas tradicionales y lo deben hacer muy pronto, pues, en la medida en que
nos vamos adentrando en la nueva economía basada en el conocimiento, estaremos
viendo más y más pequeñas empresas llamadas Startup, que amenazan con no dejar
en pie a una sola empresa que se siga moviendo con las cadencias de la vieja
economía industrial. ESSS.......
Anibal Basurto Amparano
Empresa Inteligente Asociación
Director General
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