Como menciona en algunas de sus publicaciones el maestro y consultor Anibal Basurto, innovar es la acción de aplicar creaciones o modificaciones en un proceso específico, para mejorar sus resultados. Entonces surge la siguiente pregunta: ¿Quién puede crear e innovar? La respuesta es que todas las personas, por el solo hecho de serlo. La creatividad forma parte del ciclo de la innovación, sin embargo, no podemos considerarlas como sinónimos: son complemento. La creatividad es la acción de generar nuevas ideas, mientras la innovación es la materialización de dichas ideas, en mejores servicios o productos para el usuario final de éstos.
El escritor
argentino Andrés Oppenheimer, en su libro “¡Crear o morir!”, propone cinco
claves para la innovación, que se presentan a continuación:
1.
Crear una cultura de la innovación
2.
Fomentar la educación para la innovación
3.
Derogar las leyes que matan la innovación
4.
Estimular la inversión en innovación
5.
Globalizar la innovación
Estos
factores en mayor o menor medida influyen en las empresas; si se omiten porque
se desconocen o simplemente no se fomentan, la organización mantendrá su “status
quo”, que como sabemos, en la vida tan dinámica de hoy día no es nada
recomendable.
Por
otro lado, si esas claves se implementan, podemos hablar de resultados
sorprendentes. Esto no ocurre solo en el Silicon Valley o las empresas
japonesas y suizas; sucede también aquí en Sonora.
Fotografía 1: Participantes del concurso de innovaciones, acompañados por el Lic. Anibal Basurto (Rector ISEI), Roberto Mazón (Consejo de Administración) y Luis Miguel Serrano (Director General).
Un claro ejemplo lo encontramos en Negocio Agrícola San
Enrique (NASE), cuyos resultados al fomentar la cultura de innovación los han
llevado a realizar el “Primer Concurso de Innovación de la Universidad Empresarial
NASE”, donde se repartiron grandes cantidades de premios.
Este evento sintetizó el esfuerzo de cientos de innovaciones
realizadas en la empresa por los colaboradores de las sucursales en Baja
California, Sonora y Sinaloa, durante el ciclo agrícola pasado. Los tres primeros lugares fueron para:
·
1° Luis Enrique Vea
Ochoa "Adaptación de aguilones para
aspersora de kubota", sede: Vizcaino, Baja California.
·
2° Paulino Sánchez Ríos, por "Túnel de follaje",
sede Costa de Hermosillo, Sonora.
· 3° Reynaldo Arriaga
Mendoza, por "Sistema de Fertilización", sede Melitón, Baja
California.
Cabe mencionar que algunos de los ganadores, no concluyeron
su educación media superior (demostrando que no se necesita ser un erudito). También se premió: al mejor micronegocio, líder de proceso sustantivo
más innovador, líder de proceso de apoyo más innovador, mejor aprendiz de la
Universidad Empresarial, colaborador más innovador y general, se reconoció la
participación de todos los colaboradores que realizaron alguna innovación.
Nuestra felicitación al
Negocio Agrícola San Enrique, por demostrar con este acto que, la gente es
realmente, el activo más importante de una empresa. ¡Enhorabuena!
Así
queda de manifiesto que es posible trabajar, y yendo aún más lejos, incentivar
en base a la innovación en Sonora. NASE es un claro ejemplo, pero también hay
pequeñas y medianas empresas que en el día a día, están impulsando estás
prácticas, generando desarrollo para los colaboradores y competitividad en sus procesos.
No nos
engañemos, es un proceso nada sencillo, es cuestión de un avance constante y
sobre todo de decisión; decisión por parte de los directivos, al apostarle por
invertir en el capital humano y sobre todo decisión de la persona que realizará
las innovaciones, pues como sabemos, empezar un proyecto es fácil, lo difícil es terminarlo.
Hay
varios tipos de innovaciones: de producto, de servicio o de modelo de negocio;
las hay continuas y discontinuas; pero eso se comentará en otra ocasión…
Iván Basurto Valenzuela
Coordinador del Centro de Desarrollo Tecnológico
ISEI
No hay comentarios:
Publicar un comentario