"En nuestros días, dirigir un negocio y no saber nada de finanzas no es un
problema… es una tragedia..." ABA
Con frecuencia, los amigos empresarios me preguntan:
¿Hasta dónde debo saber de informática, aspectos legales de la empresa o temas
fiscales? Mi respuesta es pronta y a bocajarro: ¡Hasta donde no te vean la
cara!
En nuestros días, los dueños de las empresas
deben enfrentar a una nueva modalidad de secuestradores: los informáticos, los
contadores- financieros- fiscalistas, los abogados y los encargados de los
recursos humanos.
Es impresionante la cantidad de empresas que se
encuentran secuestradas por estos profesionales quienes, ante la ignorancia de
las especialidades que ellos manejan, por parte de quien dirige la empresa
prácticamente llevan las riendas de la firma, al menos, en su área de
influencia.
Estas áreas que deben ser de apoyo dentro de la
organización, frecuentemente, son los que mandan en las empresas. En el mejor
de los casos, mandan sobre las áreas sustantivas que generan el negocio, pero
en el peor de ellos, también lo hacen sobre el dueño mismo de la compañía.
¿Y
qué debe de hacer el empresario dueño de la empresa para evitar caer en este
caso?
Debe abandonar la idea de que él no tiene por qué saber
de esos temas específicos; no se trata de que sea experto en informática, en
derecho laboral o en aspectos financieros fiscales, pero sí debe saber lo
suficiente de estas cuestiones, como para llevar una plática de altura con cada
uno de estos expertos.
¿Por
qué secuestros?
Basta preguntarle a un empresario si conoce las claves informáticas de acceso a las nóminas, a las bases de datos de clientes, a los inventarios, a la tesorería de la empresa, para darse cuenta que él no tiene el poder real de la información de la empresa: lo tiene el informático.
Podemos hacerle preguntas semejantes en los temas contable, financiero y fiscal, para caer rápidamente en la cuenta de que es el contador y no él (El empresario) quien toma las decisiones de inversión y financiamiento en la empresa; ¿Por qué? Porque el dueño del negocio no sabe prácticamente nada del tema, por lo que, lo que le diga el contador, simplemente hay que hacerlo y punto.
Lo mismo ocurre con la parte legal, los recursos humanos y todas las áreas que deberían ser de apoyo, pero que en realidad son las que gobiernan a las empresas, merced al desconocimiento que acusa el dueño de la compañía sobre estos temas.
Basta preguntarle a un empresario si conoce las claves informáticas de acceso a las nóminas, a las bases de datos de clientes, a los inventarios, a la tesorería de la empresa, para darse cuenta que él no tiene el poder real de la información de la empresa: lo tiene el informático.
Podemos hacerle preguntas semejantes en los temas contable, financiero y fiscal, para caer rápidamente en la cuenta de que es el contador y no él (El empresario) quien toma las decisiones de inversión y financiamiento en la empresa; ¿Por qué? Porque el dueño del negocio no sabe prácticamente nada del tema, por lo que, lo que le diga el contador, simplemente hay que hacerlo y punto.
Lo mismo ocurre con la parte legal, los recursos humanos y todas las áreas que deberían ser de apoyo, pero que en realidad son las que gobiernan a las empresas, merced al desconocimiento que acusa el dueño de la compañía sobre estos temas.
Es bueno aclarar, que esta complicación no la ocasionan los expertos arriba señalados; es un problema de quién dirige la organización, por la simple y sencilla razón de que no se preocupa ni se ocupa de entender el ABC de los temas mencionados y el experto termina haciendo lo que creé que es más conveniente, metiendo a la empresa en una línea de acción parcial: fiscalista, legal, informática o financiera, según sea el caso.
También es pertinente precisar, que estamos hablando de áreas de apoyo, no áreas sustantivas, como producción,
operaciones, distribución, ventas, etc.; estas últimas, deben contar con la
absoluta autonomía de gestión para realizar sus tareas.
En nuestra experiencia, son muy escasos los casos en que
algún directivo de áreas sustantivas ejerza secuestro sobre la dirección de la
empresa; casi la totalidad de ellos se dan por parte de quienes se encuentran
en las áreas de apoyo antes señaladas.
Cuando una empresa quiebra porque sus productos y servicios (los cuales son resultado directo de las áreas sustantivas) no son aceptados por el mercado, es bueno que cierren; es el castigo justo que le da la economía por falta de competitividad. Lo malo, lo trágico, es cuando la firma, siendo competitiva, deba cerrar por problemas legales, fiscales, administrativos o informáticos, debido a que, quienes deberían ayudar, por ser áreas de apoyo, llevan a la empresa a grandes bretes, por no tener una visión holística del negocio. Eso sí que es algo, además de injusto para la empresa, muy lamentable para una economía.
¿Qué debe hacer el empresario ante esto?
Algo muy simple: se debe poner a estudiar los temas antes mencionados.
Ya señalaba arriba, que no es necesario que sea experto en esos apartados, pero sí lo es el que pueda discutir, negociar; estar o no de acuerdo con el contador, el informático o el abogado, pero nunca quedarse con la boca abierta cuando se traten estas cuestiones.
Algunos colegas empresarios me dicen: "es que no me gustan esos temas"; la respuesta siempre será la misma: "si estás en los negocios, debes manejar estos asuntos; si de plano no te gustan, busca otra actividad, no se puede estar en los negocios ignorando estas cosas". ESSS…….
*Rector
del Instituto Empresa Inteligente (www.isei.edu.mx)
*Director
del Bufete Empresa Inteligente (www.empresainteligente.com)
México
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