(Primera de dos partes)
Por: Anibal Basurto Amparano*"En el siglo XXI, crecer el negocio hacia arriba, piramidalmente, es la ruta más corta hacia la muerte empresarial..." ABA
Aníbal Basurto |
Por lo anterior, es bueno reflexionar sobre la mejor manera de plantear el crecimiento. La nueva realidad que presenta la economía basada en el conocimiento, nos obliga a repensar sobre cómo debe crecer la empresa en este tercer milenio.
Crecer para arriba o para los lados
En otra colaboración explicaba que, desde el punto de vista del Sistema Empresa Inteligente, el punto de quiebre se da cuando a la empresa llega el trabajador número 13…el fatídico colaborador número 13.
Cuando en la empresa somos hasta doce, se conservan los principios de una empresa inteligente de manera natural: se trabaja enfocado al cliente, en base a procesos, centrado en la persona y con criterio de resultados. Cuando crecemos hasta doce personas, es irrelevante hablar de un crecimiento vertical u horizontal, porque apenas se construye la primera célula de la organización; se consolida el ADN de la empresa, mismo que echaremos por la borda si, al llegar el trabajador número 13, nos vamos por los fatídicos departamentos (crecimiento vertical) en lugar de optar por la apertura de sucursales (crecimiento horizontal).
El punto de quiebre
Cuando la empresa, como consecuencia de su evolución natural, llega al estado de plasma (estado de máxima interactividad). Se encuentra en el vital punto de quiebre; hay en este momento, de dos sopas: o le damos cause a ese desequilibrio momentáneo encausando las fuerzas hacia un crecimiento regenerativo, o encerramos ese impulso exógeno aniquilando ese momentum, burocratizando, acartonando, encapsulando a la empresa vía departamentos.
El crecimiento vertical
Éste es el crecimiento que todos conocemos (todos quienes dirigimos negocios). El crecimiento vertical significa que, llegado el momento de plasma, optamos por departamentalizar o burocratizar la empresa. “Como ya estamos creciendo, necesitamos abrir el departamento de cajas; el departamento de almacén; el departamento de personal; el de administración”, decimos con mucho orgullo, sin reparar en que estamos dejando atrás la lógica del negocio, que consiste en que todos: cajeros, operadores, almacenistas, vendedores, etc., todos, cuando éramos menos de doce, gravitábamos en torno al cliente; no a la caja, al almacén, a la venta, etc.; no nos damos cuenta, que estamos perdiendo el enfoque al cliente.
¿Y por qué antes sí se podía crecer verticalmente con tanto éxito?
Ésta es una pregunta obligada que nos hacen los cientos de empresarios y gerentes clientes nuestros del Bufete o de los programas formativos del Instituto Empresa Inteligente.
La respuesta es muy simple: en la Era Industrial, no había clientes; existían consumidores y usuarios, se actuaba en un mercado de vendedores, no de compradores como ocurre en nuestros días: antes como antes, ahora como ahora…
En la nueva
economía existen clientes reales; clientes difíciles, clientes que están
descubriendo todos los secretos de las empresas y con ello, están
desapareciendo giros completos de negocios merced a que, lo que antes les
vendían, ahora esos aguerridos e informados clientes lo hacen ellos por sí
mismos y mucho mejor que las empresas, que durante décadas hicieron negocio con
lo que desconocían.
¿Cómo organizarse? ¿Cómo crecer?, era absolutamente irrelevante en la era industrial; de cualquier forma, el consumidor o usuario estaba, por motivos de su ignorancia, disponible para comprar lo que a las empresas se les ocurriera producir.
En la era del conocimiento, las reglas del juego se movieron violentamente: todos los negocios de todos los giros tendrán que redefinirse en sus entrañas, no solo para crecer, sino para sobrevivir en el apocalíptico mundo que nos ha tocado vivir.
El crecimiento horizontal.
¿Y cómo se plantea entonces, el crecimiento horizontal?
Eso lo veremos en mi próxima colaboración. ESSS.......
¿Cómo organizarse? ¿Cómo crecer?, era absolutamente irrelevante en la era industrial; de cualquier forma, el consumidor o usuario estaba, por motivos de su ignorancia, disponible para comprar lo que a las empresas se les ocurriera producir.
En la era del conocimiento, las reglas del juego se movieron violentamente: todos los negocios de todos los giros tendrán que redefinirse en sus entrañas, no solo para crecer, sino para sobrevivir en el apocalíptico mundo que nos ha tocado vivir.
El crecimiento horizontal.
¿Y cómo se plantea entonces, el crecimiento horizontal?
Eso lo veremos en mi próxima colaboración. ESSS.......
*Rector del Sistema Empresa Inteligente
*Director del Instituto Empresa Inteligente
México
3 comentarios:
No hay vuelta de hoja, una empresa que no crece, decrece. El quedarnos inmoviles lejos de ser conservador es autodestructor. Excelente aticulo.
Excelente artículo, esperamos la segunda parte.
Gracias compañeros, en estos días estaremos publicando el nuevo artículo.
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