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martes, 10 de abril de 2012

LAS RELACIONES LABORALES EN EL SIGLO XXI


Por: Anibal Basurto Amparano*

Las empresas exitosas del siglo XXI ya no le ofrecen un empleo a sus colaboradores; le ofrecen un proyecto de vida...”ABA


Las organizaciones que durante décadas han planteado el todo o nada en las relaciones con su personal, pierden continuamente a los mejores Colaboradores, merced a sus cortas visiones, y al desdén craso, de la vorágine de cambios que se dan en su entorno.


La verdad es que la mayoría de las empresas típicas mexicanas, están cumplidamente diseñadas para la “sana medianía”; no están equipadas para dar respuesta inmediata a las oportunidades que su entorno les brinda.






Cuando el trabajador se desenvuelve dentro de los “estándares” de inteligencia y desempeño, “todo está bajo control” ; “no hay nada de qué preocuparse” la vida sigue su marcha. Pero...¿qué pasa cuando algún integrante rompe los cercos de la domesticación laboral?; pues simplemente se convierte en un problema, al que se le presentan dos posibilidades: o regresa a la ruta “normal” que sigue todo el tropel, o se va.

            Lo anterior, se traduce en que, cuando un trabajador externa la inquietud de fundar su propia empresa, inmediatamente, es visto como “un enemigo potencial”; como un “futuro competidor” al que hay que hacerle la guerra para desanimarlo a que cometa “tal villanía” y cuando ya no se puede convencerlo de su “error”, entonces es “arrojado al fuego eterno” para que pague sus culpas de deslealtad y “mal agradecimiento”.

Este tipo de situaciones, hace que ambas partes pierdan: la empresa, por que se queda sin un elemento muy valioso, que bien podría ser el detonante para romper las inercias de supervivencia en el que se encuentran la mayoría de las organizaciones y el propio trabajador, pues tendrá que enfrentar el mundo solo y siguiendo la ruta ordinaria, deberá tocar puertas en otra empresa, donde seguramente se repetirá la historia, pues su preparación laboral no le ayudó jamás a vislumbrar otro camino.
           
El todo o nada mantiene a muchas empresas navegando en los amplios mares de la medianía, pues quienes podrían sacar a la compañías de la “carrera de ratas”, donde se corre y se corre y no se sale de lo mismo, ordinariamente son bloqueados, ignorados y finalmente apartados de las “líneas de producción”, que escapan a la normalidad.

Es por eso tan importante que en las organizaciones, se promueva una visión compartida, enmarcada en sus valores incuestionables, para que el colaborador que se quiera ir de la empresa, lo haga en tiempo y forma correctos, y en los mejores términos para ambos: tan malo es que el colaborador se vaya sin decir agua va, cuando más lo necesita la empresa, como que la empresa le haga la guerra porque se quiere ir.

            En una época donde cada vez sobran más los empleados y escasean los empleos; donde el concepto mismo del empleo se encuentra tocado en su parte más sensible, el empresario visionario, debe ver a estos curiosos especimenes rompeolas, más como una oportunidad que como un problema; pues dudo que haya problema mayor en las organizaciones de nuestros días, que el estado panteonesco y desenfocado en el que se encuentran.

            El empleo se vuelve más escaso, sin embargo la empleabilidad, ofrece cada vez mayores alternativas; entender uno y otro concepto y actuar en consecuencia, marcará sin duda la diferencia entre los ganadores y los perdedores en el futuro inmediato.

La asociación trabajador-empresa, será sin duda, divisa corriente en los próximos años, merced a que la rebelión del consumidor, poco a poco ha ido contaminando las mentes de los colaboradores en las empresas, haciendo que  estos requieran de manera creciente  libertad y capacidad de decisión para estar en el pulso un cliente, cada vez más demandante en nuestros días.

Lo anterior, no es ninguna premonición académica, pues en los países desarrollados, se vuelve cada vez más ordinaria, dándose el caso de muchas empresas, donde prácticamente ya no existen nóminas fijas, pues sus trabajadores gravitan entorno a la empresa en una relación de asociación pura.

LA ASOCIACIÓN EMPRESA-TRABAJADOR
            El Sistema Empresa Inteligente, propone una alternativa que pudiera parecer jalada de las greñas, sin embargo, para quienes conocen de cerca esta nueva forma de dirigir y trabajar en las organizaciones, saben que esta nueva posibilidad de asociación, constituye una verdadera esperanza, para quienes traen la carcoma de no pasarse el resto de sus días como un empleado dependiente de otros.

            En el Sistema Empresa Inteligente, se ofrece la posibilidad de que empresa y trabajador, vayan consolidando una sociedad, en la que ambos ganan. Esta sociedad, permite un estiramiento evolutivo, donde el trabajador-socio, va pasando por las etapas de dependencia-autonomía-independencia, hasta que se ubica en el nivel de libertad laboral que desee. ESSS.......

*Director del Bufete Empresa Inteligente
*Rector del Instituto Empresa Inteligente

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